La compañía ha adquirido una de las mayores colecciones privadas de automóviles clásicos, propiedad hasta ahora del dentista James Hull, que llegó a reunir 543 vehículos
El británico James Hull comenzó a coleccionar coches mientras trabajaba como dentista en Gales del Sur, donde abrió una consulta en 1987. Con los años, logró erigir una cadena de clínicas dentales que vendió a una firma de capital privado en 2006, haciéndose rico. Para entonces ya había acumulado centenares de automóviles clásicos en su garaje. Pero, por problemas de salud, el pasado junio, tras 35 años de coleccionismo, puso el cartel de se vende a sus 543 bólidos, cuyo precio conjunto se calculó en 100 millones de libras (126 millones de euros).
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